Según el Catecismo en el apartado 1677 nos dice: Se llaman sacramentales los signos sagrados instituidos por la Iglesia cuyo fin es preparar a los hombres para recibir el fruto de los Sacramentos y santificar las diversas circunstancias de la vida".
Sus tipos son variados: crucifijos, rosarios, agua bendita, sal exhorzizada... Y por supuesto nuestra Medalla Milagrosa.
Todos ellos tienen asociadas una serie de Gracias destinadas para nuestra propia salvación y/o la de otros. Y para que sea efectivo nosotros debemos hacer nuestra parte, es decir, el Caballero debe comprometerse a enderezar su vida o a mantenerse en el camino de la salvación, a través principalmente de los Mandamientos de Dios y los de la Santa Madre Iglesia.
Sin embargo, hay que señalar que durante las últimas décadas se ha caído en la desvirtualización de los Sacramentales. Debido a la new age, la masonería y otros movimientos modernistas se le han atribuido falsos poderes mágicos relegándolos en muchas ocasiones a simples talismanes. Tenemos que ser cuidadosos y prudentes, y no caer en estas falsas modas que solo buscan profanar lo que es católicamente sagrado.
Al contrario, nosotros como Caballeros de la Inmaculada ,debemos tratar a los Sacramentales como lo que son: un don de Dios regalado a través de la Iglesia y que actúa, por permisión divina, como medio para la santificación.
Gracias apreciada Myriam por tu gran labor de explicarnos este importante tema de los sacramentales. Tratemos de tener muchos en nuestras casas (y sobre nuestras personas) para tener así mayor protección del cielo. Bendiciones a todos.
Qué importantes son los sacramentales. Mil gracias por esta publicación que nos lo recuerda. Al igual que la oración... los sacramentales tienen más eficacia cuando quien los usa trata de mantenerse en estado de gracia; entonces la confesión es el mejor complemento para recibir los más abundantes frutos al usar nuestros sacramentales.