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Nuestra Señora de las Apariciones

(Por: Nayi Rincon)

Las apariciones de la Santísima Virgen a Inés Martínez en Cubas, España cuentan con la aprobación eclesiástica de la Iglesia Católica desde el año 1449. En uno de los lugares donde se apareció La Virgen ser plantó una cruz y allí se celebró misa diaria hasta que el 7 de abril de 1449 el arzobispo aprueba las 8 apariciones como verídicas y ordena construir una iglesia, la que se terminó para el 9 de Marzo de 1450. La fecha mariana para esta advocación es el 2 de Marzo.

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La Virgen se apareció entre seis y ocho veces a la niña Inés Martínez Sánchez, de doce años y medio, natural del pueblo de Cubas (en España) que cuidaba cerdos. Estas apariciones incluso tienen un acta notarial de como sucedieron los hechos con fecha del 9 de Marzo de 1949 (firmada ante 4 notarios oficiales).

La pequeña Inés, según coinciden los testigos, era una chica notablemente piadosa, humilde, atendía al sacramento de la confesión desde los seis años y a sus 12 años ya rezaba a diario los 15 misterios completos del Santo Rosario (incluso varias veces al día). La pequeña ayunaba en las fiestas, era muy deseosa de hacer oraciones y era muy trabajadora (en su casa hilaba y hacía las diversas labores caseras, incluyendo el cuidado de los cerdos). 

Según la descripción de la niña Inés, la Virgen Santa María de la Cruz era «una Señora muy hermosa», cuyo rostro resplandecía, delgada, llevaba toca y saya abrochada por delante, ambas de oro, y zapatos también de oro, sin corona en la cabeza ni sortijas en las manos.

Las apariciones se concentraron en 17 días y tuvieron lugar siempre en el campo mientras Inés cuidaba los  cerdos, en las cercanías de Cubas, y casi siempre al mediodía. A la Señora la veía exclusivamente Inés, y sólo una vez fué oída por otra niña.

Durante la cuarta aparición (Domingo, 9 de Marzo de 1449), La Virgen da una señal a todo el pueblo y sus alrededores a través de la mano derecha de Inés; cuando la Virgen junta 4 de sus dedos y con el pulgar hace forma de "cruz" en su mano (de una forma "permanente" en la que la niña no podía despegarlos). 

 

Inés afirma que La Virgen puso una cruz en el suelo con sus propias manos indicando el lugar donde debería ser construida una iglesia y entonces la cruz fue colocada permanentemente donde la Virgen, Nuestra Señora de las Apariciones, había sido vista por última vez por Inés (el mismo día que restaurara su mano derecha a la condición natural de nuevo). Muchos milagros se produjeron allí, incluyendo 11 personas que fueron traídas de vuelta a la vida. Se llama al sitio entonces "Santa María de la Cruz" y se conserva documentación notarial de 76 milagros reconocidos allí en los 50 años posteriores, de los que 20, muy impactantes tuvieron lugar en los primeros meses. 

En 1464 un grupo de mujeres devotas del lugar, con Inés a la cabeza (que ya tenía en ese entonce 27 años) encuentra un edificio para vivir allí en comunidad y oración. El lugar fue llamado un "beaterío" de la Tercera Orden de la Penitencia de San Francisco; Inés fue su líder por varios años, hasta que Juana Vásquez Gutierrez (luego adoptando el nombre de Juana de la Cruz, en honor a la Virgen de las apariciones) tomó las riendas de esta nueva congregación religiosa (quien tuvo los estigmas de Nuestro Señor Jesucristo y hoy cuenta con el título de "venerable madre" en la Iglesía Católica).

A continuación presentamos los mensajes dados por la Virgen a Inés en algunas de estas apariciones del año 1449:

El Lunes 3 de Marzo 1449 Durante esta aparición, la Virgen no se identifica, pero le dice a Inés que la gente no guarda sus ayunos e instruyó a Inés sobre la necesidad de ayunar. La señora dijo: "el pueblo de Cubas debe cambiar sus formas, confesar, y cesar su libertinaje y delitos en contra de Dios, o que pronto serían castigados." Durante esta aparición, La Virgen también anunció pestilencias a Inés. La Virgen le pide a Inés que divulgue a muchas personas este mensaje. Esta aparición sucedio al medio día.

El Martes 4 de Marzo 1449 La Virgen le pregunta a Inés durante esta segunda aparición por qué no le habló a las personas de su mensaje y la niña le responde que tiene miedo que no le crean.  La Señora entonces mandó a Inés advertir a la gente y le asegura que si ellos no le creen, Ella misma le daría una señal para que todos pudiesen creer. La niña le pregunta a La Virgen que quiés es Ella, pero María Santísima le dice que ahora no se lo dirá. Esta aparición también sucedio al medio día.

El Viernes 7 de Marzo 1449 Al medio día una vez más aparece La Virgen y de nuevo le pregunta a Inés si había hablado a las personas de su mensaje y la niña le dice que si.  La Virgen le pide entonces que siga contandolo a todos (incluyendo a feligreses de la iglesia y al párroco). Su padre no le creía, pero su madre la alentó a que lo siguiera promulgando.  El sacerdote del pueblo le dijo a Inés que continuara yendo al mismo lugar y que le pidiera a La Virgen la señal.

El Domingo 9 de Marzo 1449 La niña le pregunta a La Virgen quien era.  La señora hermosa responde: "Yo soy la Virgen Santa María".  Durante esta aparición La Virgen le tomó la mano derecha a Inés y, apretándosela, le dejó todos los dedos juntos y el pulgar formando la cruz con los demás. Y le dijo: "Anda, vete con esta señal para que crean, ve a la iglesia y cuando todos estén saliendo de Misa muéstrales tu mano; diles que esa es la señal."

Inés dejó los cerdos al cuidado de su hermano y salio de prisa a la iglesia, llegó a tiempo para la bendición final y enseñó a todos cómo le había quedado la mano. Los parroquianos, que conocían a la niña de no tener problemas tales en su mano, lo aceptaron como un signo divino, crearon una cruz y salieron en procesión al lugar de la aparición. Esta aparición sucedió temprano en la mañana.

El Domingo 9 de Marzo 1449 (al medio día) Al salir todos en procesión (después de Misa) liderados por el sacerdote párroco con la cruz... llegaron al lugar de las apariciones en donde Inés ve cuando la Virgen se aparece, ella le entrega la cruz a La Virgen y La Virgen la clava en el suelo, diciendo a Inés que se debería construir una iglesia allí en su honor.  También intruyó a Inés de ir al santuario de Guadalupe (a 300 Km de Cuba) y mandar a ofrecer 2 Misas allí por Ella.  Durante esta quinta aparición, algunos paisanos observaron huellas de La Virgen y se quedaron guardando la Cruz y recogiendo arena de las pisadas de la Virgen. Inés partió con su padre al viaje que La Virgen le había indicado hacer (su padre en este momento ya creía y se había convertido).

Este viaje de Inés con su padre tomó mucho tiempo, largos 4 días de recorrido... y al llegar, la niña pidió las dos Misas a los frailes quienes (algunos médicos) examinaron su mano y, al no conocer a la niña previamente, pensaron que su mano era así de nacimiento (con los dedos unidos) y, apesar de celebrar las Misas no le creyeron. Por ser  muy largo el camino de regreso, los frailes ofrecienron a Inés y a su padre hospedaje esa noche. Al día siguiente la mano amaneció normal y totalmente curada de cualquier defecto.  Los frailes creyeron también.

El Miércoles 19 de Marzo (al medio día) fue una de las últimas apariciones documentadas de la Virgen a Inés; en esta aparición la niña le pregunta a La Virgen por qué la sanó de su mano en Guadalupe y no en Cubas... y La Virgen responde con una frase que luego se interpretó como a razón para que los frailes (y la iglesia Católica en su jerarquía creyera y aprobaran la aparición para empezar la construcción de la iglesia y de muchas conversiones y sanaciones). La frase exacta de la Virgen fue: «eso la enviará a Guadalupe»

Como Caballeros de la Milicia del Inmaculado Corazón de María, ¿cómo debemos responder ante los mensajes de Nuestra Señora de las apariciones en Cubas, España?

En estas apariciones La Virgen, como en todas sus apariciones, se desprende de su trono para venir a advertirnos sobre nuestro mal comportamiento, MUY CLARA y contundente.  La Virgen desea nuestra conversión, para atenuar así los castigos que puedan venir como consequencia de nuestros malos comportamientos y por no cumplir los mandamientos de Dios.  Al parecer, el pueblo de Cubas (en España) estaba muy alejado de Dios y se estaba dando mucho libertinaje entre sus habitantes.  Los pobladores entendieron los mensajes de La Virgen y se convirtieron, la veneraron, le construyeron una iglesia en su nombre, regresaron a la confesión y a los sacramentos.  Como cabelleros de La Inmaculada, debemos hacer lo mismo; los mensajes de La Madre de Dios en sus apariciones (a personas humildes y piadosas como la niña Inés) no son solo para ellos o para los pobladores de esa área o esa época.  Los mensajes de La Virgen, son para siempre y para todos. Regresar a la confesión regular, convertirnos de corazón y dedicar nuestras vidas a La Madre (como lo hizo Ines, y muchas otras jovencitas que siguieron sus pasos) debería ser nuestra prioridad.

Los consagrados a María seremos siempre Sus predilectos para recibir Sus mensajes. Lo importante es mantenernos en constante oración (como lo hacía Inés, quien en ocasiones rezaba 2 o mas Rosarios COMPLETOS... es decir 15 misterios en ese entonces) para poder escuchar Su voz, para poder ver Su intercesión, para poder entender Sus advertencias.  Ya como consagrados tenemos ese precioso privilegio, ahora solo tenemos que disponer mejor el corazón a diario para poder experimentar Sus mensajes.

Otra de las cosas importantes para nosotros hacer como Caballeros de La Inmaculada es rezar mucho en agradecimiento por todas estas órdenes religiosas que se han fundado como consequencia de las apariciones de Nuestra Madre amada.  De esta congregación han salido mujeres muy santas que (despues de Inés) se dedicaron a complacer a La Madre y a trabajar para Ella en la propagación de la fe y del reino de Su Hijo.  Algunas de ellas, como la Madre Juana de la Cruz (que es hoy considerada venerable) recibieron dones de predicación, de consejo, de lectura de los corazones, de lenguas, de éxtasis y de revelaciones. Como cabelleros de La Inmaculada tambien podemos proponernos a practicar más lectura espiritual y aprender sobre estas mujeres santas (hoy venerables, beatas o santas) que tienen tanto que enseñarnos.

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