Nuestra Señora de Garabandal
(Por: Marcela Doncel)
Estas apariciones aun no tienen la aprobación oficial de la Iglesia, más, sin embargo; tampoco han sido desaprobadas. Las prohibiciones que inicialmente fueron impuestas a estas revelaciones fueron removidas años después por monseñor Juan Antonio del Val Gallo, quien conoció personalmente los fenómenos de Garabandal y quien afirmó que “No consta el origen sobrenatural” lo cual significa que No hay pruebas de la aparición, aunque en un futuro sí se puedan dar. De la misma manera han reaccionado los sucesivos obispos del lugar, como monseñor Eugenio Beitia (que en 1965 aseguró que no se encontró en materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina, ni en las recomendaciones espirituales... y que, por el contrario, contienen una exhortación a la oración y al sacrificio, a la devoción eucarística, al culto a nuestra Señora en formas tradicionalmente laudables, y al santo temor de Dios).
Entre 1961 y 1965 cuatro niñas –Conchita, Jacinta, Mari Loli y Maricruz–, aseguraron haber presenciado las apariciones de San Miguel Arcángel y de la Virgen María en su pueblo San Sebastián de Garabandal, una localidad de la comunidad de Cantabria, en España.
El primer hecho ocurrió cuando buscando una «pequeña aventura» robaron algunas manzanas en el árbol del maestro de su colegio. Las niñas jugaban con unas piedras imitando lanzárselas al demonio que imaginaban las asechaba por su pilatuna, cuando se les apareció una figura muy bella con muchos resplandores que no me lastimaban nada los ojos. Primero Conchita, pero luego todas cuatro quedaron en el mismo estado de extasis y exclamaron a la vez: "¡Ay, el Ángel!". En esta ocasión solo ocurrió su aparición, no hubo mensaje.
El primero de julio San Miguel Arcángel les habló a las niñas por primera vez y les dijo: "Sabéis por qué he venido? -Para anunciaros que mañana, domingo, la Virgen María se os aparecerá como Nuestra Señora del Carmen".
El Domingo 2, sobre las 6 de la tarde, las niñas fueron hacia La Calleja que conduce a los nueve pinos. Eran seguidas por una gran multitud, entre ellos, varios sacerdotes y médicos. Nada más de acercarse al lugar, las videntes, asombradas, se encuentran con la aparición de la Santísima Virgen que venía acompañada de dos ángeles, uno de ellos San Miguel.
Las niñas describían a la Virgen como una joven que aparentaba unos 17 años, de estatura alta, llevaba puesto un vestido blanco, manto azul, una corona de 12 estrellas doradas, las manos extendidas, con un escapulario marrón, salvo cuando lleva al niño en brazos, el pelo largo castaño oscuro, la cara alargada con nariz muy fina, la boca muy bonita, con labios un poco gruesos. Se dice que hizo unas 2000 apariciones aproximadamente, prácticamente todos los días.
Al lado de las niñas en éxtasis, se vieron aparecer a sacerdotes y médicos decididos a probar la veracidad o falsedad de las apariciones. Unos y otros pudieron verificar que eran niñas perfectamente sanas y equilibradas, sin ansias de espectacularidad. Los eclesiásticos realizaron sus indagaciones a nivel teológico y doctrinal, y examinaron la vida de las niñas. Comprobaron que, en todo el tiempo que duraron las apariciones, las niñas no desatendieron sus obligaciones ni en la escuela, ni en casa. Y eso a pesar de que la aparición las hubiera mantenido en vela hasta altas horas de la madrugada, sufriendo muchas veces las inclemencias del tiempo, la lluvia, el frío o la nieve. La misma Virgen les repetía a menudo que fueran obedientes a sus padres. También las animaba a hacer sacrificios, en concreto por los sacerdotes, para que fueran santos, y por los que dudaban, para que fueran fieles a su vocación. Les enseñó a tener horror al pecado, ayudándolas a formar su conciencia, respondiendo a las mil preguntas que le hacían las niñas. Las niñas afirmaron que después de ver a la Virgen tenían más ganas de amar a Jesús y a María, y de hablar a todos del Señor y de su Madre Santísima. Llamaba la atención ese trato sencillo y confiado que las niñas tenían con su Madre del Cielo que, en ocasiones, hasta jugó con ellas y que, con frecuencia, las despedía con un beso.
Los médicos, por su parte, realizaron normalmente sus investigaciones a título personal. Con asombro, comprobaron los extraños fenómenos físicos que acompañaban a los éxtasis. Durante estos, la insensibilidad al dolor era total, aun cuando se les pinchara con agujas o incluso se les quemara con cigarrillos. Sus cuerpos adquirían un peso extraordinario que hacía imposible levantarlas u obligarlas a hacer el más mínimo movimiento de sus miembros. Sus ojos abiertos contemplando la aparición no reaccionaban ante la luz de focos potentes y de destellos fotográficos. Corrían hacia el lugar de su visión llegando antes que nadie, incluso de jóvenes fuertes y entrenados, y llegaban sin señales del esfuerzo físico realizado, incluso en ocasiones se les tomó el pulso y encontraron que no se había alterado mientras, que los demás lo hacían ahogados y sudorosos. Caían de rodillas estrepitosamente sobre las rocas sin hacerse ningún daño. Caminaban en éxtasis hacia delante y hacia atrás por las callejuelas mal empedradas de la aldea, con la cabeza totalmente hacia atrás, sus ojos fijos en lo alto todo el tiempo y, sin ver por dónde iban, sin caer ni tropezar. Devolvían a sus dueños, la mayor parte de ellos desconocidos, sin jamás equivocarse los centenares de objetos que en cada aparición besaba la Virgen Se dieron casos de curaciones de índole físico y más aún de tipo espiritual, y conversiones notables.
El Milagro de la Comunión:
Las niñas habían recibido la comunión frecuentemente, administrada por San Miguel Arcángel. Pero en una ocasión las niñas le pidieron al ángel que hiciera un milagro para que el pueblo creyera. San Miguel le respondió que Dios iba a hacer un milagro por la intercesión de él y las niñas. El milagro sucedería el 18 de julio, de 1962. Ese día a las 1:40 de la madrugada, Conchita entró en éxtasis y una hostia visible apareció repentina y misteriosamente en la lengua de Conchita. Una persona que estaba presente logró tomar película y filmar este milagro.
En las apariciones ocurridas entre Junio 18 de 1961 y Junio 18, 1965 se dieron a conocer especialmente dos mensajes.
Primer Mensaje (4 de Julio de 1961):
Lo dio a conocer Nuestra Señora a las niñas cuyo mensaje ya había aparecido inscrito en un rótulo a los pies del Ángel San Miguel en el mes de junio, durante las apariciones del ángel a las niñas. Nuestra Señora del Carmen les pidió a las niñas que no hicieran público este mensaje sino hasta el 18 de octubre. Así lo hicieron.
"Hay que hacer muchos sacrificios y mucha penitencia, y tenemos que visitar mucho al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos vendrá un castigo".
Segundo Mensaje (18 de Junio de 1965):
La Santísima Virgen comunicó este mensaje a través del Arcángel San Miguel:
"Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que éste es el último; antes la copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús".
El Aviso:
El 1 de enero, del año 1965, Conchita tuvo una nueva aparición de la Señora quién habló del "aviso" para que el mundo se enmiende. "Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos."
El aviso será fruto de la justicia de Dios y de Su misericordia. De Su justicia, porque nos va a purificar de nuestros pecados; de Su misericordia, porque nos dará la oportunidad de una mayor conversión en nuestra vida espiritual. Este aviso será obra de la intervención directa de Dios. El aviso que vendrá al mundo será algo externo a nosotros que sucederá en el firmamento. Internamente, una especie de juicio particular en vida (la corrección de la conciencia del mundo, una purificación antes del Milagro para ver si con el Aviso y el Milagro nos convertimos).
Conchita asegura que La Virgen no le dijo cuando sucederá este aviso.
El Milagro:
Conchita ha dicho: “Lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a mí sola. Ella me ha prohibido decir en qué consistirá. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho días antes. Lo que sí puedo decir es que coincidirá con un acontecimiento de la Iglesia y con la festividad de un Santo mártir de la Eucaristía; será a la ocho y media de la tarde de un jueves; será visible para todos los que estén en el pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo. No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y televisado.”
El Castigo:
El castigo fue anunciado por las niñas en el primer mensaje el 18 de octubre, de 1961. Las niñas relataron que el castigo, según pudieron "verlo" la noche del 19 y 20 de junio, de 1962:
"Era similar a ríos transformados en sangre, fuego que baja del cielo y cosas peores; gran calor, sed abrasadora y el agua que se evaporará; todos los hombres presos de la desesperación buscando matarse unos a otros, pero al faltar las fuerzas, caerán: unos en las llamas y otros lanzándose al mar, pero el agua parecerá hervir y activar las llamas"
Al respecto Conchita ha dicho lo siguiente “El castigo está condicionado a que la humanidad haga caso o no de los mensajes de la Virgen y al milagro. En caso de que suceda, yo sé en qué va a consistir, porque yo he visto el castigo; si puedo asegurar que si viene es peor que si estuviéramos envueltos en fuego; peor que si tuviéramos lumbre por arriba y lumbre por abajo. No sé el tiempo que pasará para que Dios lo envíe, después de hecho el milagro”
Como Caballeros de la Milicia del Inmaculado Corazón de María, ¿cómo debemos responder ante los mensajes de Nuestra Señora de Garabandal?
El primer mensaje nos habla de elementos esenciales de la fe: sacrificio. penitencia, la Eucaristía y la conversión que da frutos en una vida virtuosa: "ser muy buenos". También nos recuerda la misión de los ángeles y el cuidado maternal de la Virgen Santísima. Como caballeros debemos encomendarnos a ellos.
Del segundo mensaje sobre lo que la Virgen María enfatiza acerca de "La copa se está llenando". El pecado de rechazar el Evangelio que nos comunicó Jesucristo por no vivirlo de corazón. Sin la redención de Cristo vamos a la perdición. Es un aviso sobre la importancia de vivir la fe que ya se nos ha dado en la Iglesia.
Y al decir "Yo, vuestra Madre", la Santísima Virgen se presenta como Nuestra Madre, confirmando lo que ya Cristo en la cruz nos había legado: "mujer, ahí tienes a tu hijo" (Jn 19, 26); y nos pide e insiste que nos sacrifiquemos más y que meditemos la pasión de Su Hijo y volvamos a la Eucaristía con fervor.