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Virgen de la Candelaria - Tenerife

(Por: Carla Bosco)

Nuestra Señora de la Candelaria es una advocación mariana de la Iglesia católica, que tiene su origen en Tenerife (España), lugar de su aparición. La Iglesia Católica ha atribuido su etimología a que se deriva de candelero o candela, que se refiere a la luz: la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención, y aviva la fe en Dios. 
Su festividad se celebra, según el calendario litúrgico, el 2 de febrero, y en ella se recuerda la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén después de su nacimiento y la purificación de María. El Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, las fiestas lupercales, considerada una celebración pagana, y la sustituyó por la fiesta de la presentación, en recuerdo del pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).

La Virgen de Candelaria fue coronada canónicamente el 13 de octubre de 1889 por el obispo de Tenerife, Don Ramón Torrijos, gracias a una Bula del Papa León XIII en la que se le otorga tal privilegio.

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La Fiesta de la Candelaria se conoce y se celebra con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta:  Cristo, la Luz del mundo, presentada por su Madre en el Templo, viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria".El culto a la Virgen de la Candelaria se ha extendido por diferentes ciudades y países del Nuevo Mundo con la bendición eclesiástica. Su devoción tiene mucho arraigo en otras partes de España, y en países como Bolivia, Colombia, Cuba, México, Perú, Venezuela y otros. Asimismo, su patronazgo se extiende no sólo al archipiélago canario, sino a varias ciudades y países de América y de otros continentes. Esto ha hecho que la Virgen de la Candelaria sea la segunda advocación mariana más extendida en el continente americano, tras la Virgen de Guadalupe, patrona de México. Al mismo tiempo, fue una de las primeras advocaciones introducidas en América por los conquistadores españoles y la iglesia Católica, de hecho, se sabe que ya Hernán Cortés llevaba al cuello una medallita de la Virgen de la Candelaria cuando llegó a México.

La iconografía de la Virgen de la Candelaria se basa en el pasaje bíblico de la Presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lucas 2,22-40). La Virgen sostiene la candela o vela de la que toma nombre y lleva una canasta con un par de tórtolas. El niño Jesús fue llevado al Templo de Jerusalén.

Historia de la aparición:

 

La historia de esta advocación está unida íntimamente a la historia de las Islas Canarias, especialmente de la isla de su aparición, Tenerife. No hay acuerdo sobre el año de la aparición, pero la opinión mayoritaria es que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, en el municipio canario de Güímar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir, aparecería entre 1392 y1401. Es por tanto la primera aparición mariana de Canarias. Fray Alonso de Espinosa describió la historia en 1594.

Según lo relatado por Fray Alonso de Espinosa, iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar. Buscando la causa miraron hacia la desembocadura del Barranco de Chimisay y vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, la figura de una mujer que creyeron animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo, pero en lugar de herirla, quedó herido el mismo. Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguaro, la cueva-palacio del mencey Acaymo, para referirle lo acontecido. El mencey acudió con sus consejeros. Ella no respondía pero nadie se atrevía a tocarla. El mencey decidió que fuesen los mismos dos pastores ya heridos quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron sanados. El mencey comprendió que aquella mujer con un niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar de la aparición hay hoy día una cruz y en el lugar donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nra. Señora del Socorro.

La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey hoy convertida en capilla. Más tarde un joven llamado Antón Guanche, que había sido tomado como esclavo por los castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado, le relató al mencey y a su corte la fe cristiana que él sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y tierra" (Guanche: Axmayex Guayaxerax Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de Achbinico (detrás de la actual Basílica de Candelaria) para veneración pública.

En 1497 Alonso Fernández de Lugo celebró en la Cueva de San Blas la primera Fiesta de las Candelas, coincidiendo ésta con la Festividad de la Purificación de la Virgen. Considerado este acontecimiento, como el inicio de la devoción cristiana a la advocación mariana de La Candelaria.

 

En 1526 se edificó el santuario por los muchos prodigios que Dios obraba por Nuestra Señora de la Candelaria.

LOS MENSAJES Y SIGNIFICADOS DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA DE TENERIFE:

 

Dado el valor religioso de la Virgen de Candelaria, los frailes encargaron al escultor Fernando Estévez (1788-1845), calificado como "el mejor imaginero tinerfeño" una nueva imagen, después de que en 1826 la imagen se perdiera a causa de una inundación que arrastró la imagen de la Virgen al mar. 


Algunas curiosidades iconográficas de la imagen actual: Por norma general, en las imágenes de la Virgen María con el Niño Jesús recostado en los brazos, el Niño suele ir en el brazo izquierdo, por una razón elemental de sentido maternal (la madre lleva al hijo en la mano izquierda para darle de comer y cuidarlo con la mano derecha). La imagen de la Candelaria tiene, por el contrario, al niño recostado en el brazo derecho.
Además, el Niño Jesús tiene asido entre sus manos un pajarito. Sin duda es símbolo de las tórtolas o pichones que la madre estaba obligada a entregar, según la Ley de Moisés, cuando iba a presentar a su hijo en el templo.
Por otra parte, talladas en los ropajes de la Virgen de Candelaria original existían unas extrañas letras cuyo significado aún se desconoce. La actual talla de la Virgen de Candelaria también lleva impresas estas letras. Estas eran:
En la pretina del cuello: ETIEPESEPMERI
la manga izquierda: LPVRINENIPEPNEIFANT
En la parte inferior de la túnica: EAFM IPNINI FMEAREI
En el cinturón: NARMPRLMOTARE
En el manto, en el brazo derecho: OLM INRANFR TAEBNPEM REVEN NVINAPIMLIFINIPI NIPIAN
En la orla de la mano izquierda: EVPMIRNA ENVPMTI EPNMPIR VRVIVINRN APVI MERI PIVNIAN NTRHN
En la parte trasera, en la cola: NBIMEI ANNEIPERFMIVIFVE

Como caballeros de la Milicia del Inmaculado Corazón de María ¿qué mensaje podemos extraer de esta admirable advocación?

Cuando entramos en cada Iglesia observamos con entrañable ternura la misma imagen, aquella con la que se presentó Nuestra Madre, La Virgen de Candelaria, a aquellos humildes pastores guanches, llevando al Niño Jesús en sus brazos. María se presenta ante todo como la Madre. Desde el mismo momento en que dio su “Sí” generoso al Arcángel San Gabriel, se convirtió en la portadora de la Luz que es Cristo, Nuestra Salvación. La razón de su existencia fue, es y será siempre Jesús, por toda la eternidad. Por eso donde quiera que se aparece siempre se muestra para hablarnos de Él, para traernos Su mensaje de salvación, incitándonos a la conversión. No hay en el mundo lugar olvidado por Ella, porque no hay hijo suyo al que no ame y del que no se preocupe por la salvación de su alma. Tanto desea María que sepamos que Ella nos ama, y que es Madre de toda la humanidad, que no hace distinción y se nos muestra incluso adquiriendo en su apariencia distintas razas.

Recordemos las palabras de Jesús cuando dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida “ Juan (8:12) .  Es por ello por lo que María se muestra en esta advocación como la portadora de la Luz, llevando a Jesús en un brazo, y una vela en su mano. 

Cuando Jesús nos habla de las tinieblas se refiere frecuentemente al pecado o a vivir en la confusión acerca de la verdad. Al decir Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" habló de manera clara, no dijo que fuera "UNA" verdad, pues eso hubiera significado que habría otras verdades, más al decir: SOY LA VERDAD, quiso decirnos que no hay más verdad que Él. La verdad sólo es una, y se encuentra en Nuestra Iglesia, y nosotros, hijos de la luz, que por gracia del Espíritu Santo hemos comprendido la misión para la cual hemos sido creados: vivir en santidad glorificando a Dios Nuestro Padre, debemos imitar a Nuestra amada Madre siendo portadores de la Luz a todos aquellos que aún no la conocen y que viven en la oscuridad. Como decía decía Santa Teresa de Jesús: " Dios no tiene cuerpo en la tierra sino el tuyo. No tiene manos sino las tuyas. No tiene pies sino los tuyos. Tuyos son los ojos con los que la compasión de Dios mira al mundo. Tuyos son los pies con los que Él camina para ir haciendo el bien”. Seamos pues instrumentos Suyos dando testimonio de la Luz.

Concluyo esta reflexión con las palabras de San Pablo en su carta a los Efesios: "Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo que agrada al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas. Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz. Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo”.

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